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El desarrollo de la IA no es una misión solitaria de las grandes tecnológicas

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El desarrollo de la IA no es una misión solitaria de las grandes tecnológicas

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La relación entre las grandes tecnológicas y las pequeñas empresas del sector se ha vuelto cada vez más tensa, lo que refleja una disputa por el acceso a los recursos y el ritmo de la innovación. En consecuencia, las startups a menudo se encuentran en desventaja, carentes de recursos y poder de mercado para competir. 

La misma dinámica se está desarrollando en el sector de la inteligencia artificial (IA). Los titanes tecnológicos actuales, conocidos como "siete magníficos”, que incluye a Google, Microsoft y Amazon, controlan gran parte de la infraestructura que impulsa las operaciones de IA a nivel mundial. Sin embargo, un movimiento creciente aboga por la IA descentralizada para reducir la dependencia de los monopolios de las grandes tecnológicas.

Depender únicamente de las grandes tecnológicas conlleva el riesgo de centralizar el poder, pero excluirlas por completo impide el progreso. Impedir que estos monopolios controlen la trayectoria de la IA no es fácil, y sin un camino claro, Existe el riesgo de sofocar el ingenio y creando un entorno condicionado por agendas personales estrechas en lugar de posibilidades más amplias. 

El desigual campo de batalla de la IA 

Con más de 72 por ciento De las empresas que adoptan al menos una función de IA, esta tecnología se ha consolidado en nuestra economía, mejorando el funcionamiento de las organizaciones. Pero tras lo que parece una herramienta perfecta, se esconde una realidad: la IA requiere una cantidad incierta de potencia de procesamiento, datos y energía constante para funcionar, recursos a menudo fuera del alcance de las empresas más pequeñas.

Hace un par de meses, Meta cerró un acuerdo para proporcionar 1.1 gigavatios adicionales de energía libre de carbono del Centro de Energía Limpia de Clinton, suficiente para alimentar sus operaciones durante los próximos 20 años. Google También reveló planes para invertir 25 mil millones de dólares durante los próximos dos años en centros de datos e infraestructura de inteligencia artificial en toda la región de la red eléctrica de PJM, que cubre 13 estados en el Atlántico medio, el medio oeste y el sur. 

Si bien estos acuerdos contribuyen a consolidar el papel central de la IA en el futuro, también plantean importantes interrogantes sobre quién definirá su rumbo. Cuando el acceso a la computación, la energía y la infraestructura se concentra en manos de unos pocos, también se concentra el poder de decidir qué problemas aborda la IA y a quién sirve en última instancia. 

Ante esta realidad cambiante, IA descentralizada Ha surgido como una alternativa, brindando a las startups más pequeñas mayor acceso a recursos de IA al establecer nuevos emprendimientos. Así como las finanzas descentralizadas revolucionaron las instituciones tradicionales al eliminar intermediarios, la IA descentralizada ahora desafía el dominio de las grandes tecnológicas. 

Al operar en múltiples nodos, la IA descentralizada refuerza la privacidad, limita la exposición de datos y reduce el riesgo de fallos del sistema. A diferencia de la IA centralizada, las redes descentralizadas permiten a cualquier persona, como emprendedores, investigadores y particulares, acceder a una red de modelos de IA y recursos informáticos sin depender de un único proveedor. 

GensynPor ejemplo, es un protocolo de aprendizaje automático descentralizado que permite a los desarrolladores entrenar modelos de aprendizaje profundo en una red de dispositivos conectados, combinándolos en un único clúster virtual. Esta solución ofrece una alternativa rentable a los proveedores de nube centralizada, a la vez que evita los puntos únicos de fallo y amplía de forma segura el acceso a la infraestructura necesaria para impulsar la IA.

A estas alturas, es evidente que las grandes tecnológicas desempeñan un papel fundamental en la evolución de la IA, pero la IA descentralizada también ha demostrado que está creando un futuro más abierto y diverso. Para que la IA siga teniendo impacto, su futuro no puede ni debe verse condicionado por agendas individuales, agravios ni la búsqueda de poder. 

Un camino hacia un ecosistema equilibrado y sostenible 

Si bien los modelos de IA descentralizados y centralizados han contribuido a su avance, la creencia de que uno solo puede lograr un futuro equitativo es errónea. Aferrarse a un enfoque exclusivo corre el riesgo de retrasar el progreso. Un ecosistema de IA con visión de futuro debe reconocer que cada modelo cumple funciones distintas, únicas, pero igualmente importantes. 

Sin las grandes tecnológicas, la IA nunca habría progresado hasta lo que es hoy. Ellos tienen invertido miles de millones de dólares en I+D, y sus recursos técnicos han contribuido significativamente a los avances que se utilizan diariamente. 

Por otro lado, muchas innovaciones en IA no surgieron en las oficinas de grandes conglomerados tecnológicos, sino de equipos más pequeños e independientes. Las startups han sido constantemente la cuna de los avances en IA, desarrollando desde modelos novedosos hasta técnicas más eficientes. Con demasiada frecuencia, las empresas más pequeñas no reciben reconocimiento hasta que son adquiridas y absorbidas por empresas más grandes.

Toma Ejecutar: IAPor ejemplo, se trata de una startup que creó una plataforma para que las cargas de trabajo de IA se ejecuten de forma más eficiente en las GPU. En diciembre de 2024, Nvidia, la empresa de IA más conocida e influyente, adquirió Run: AI. Si bien la compra legitima el valor de la empresa, refleja un tema recurrente: las startups tienden a ser reconocidas solo en retrospectiva. 

En definitiva, La inclusión no se trata de marginar gran tecnología, Pero reduciendo las tendencias monopolísticas. Sin presiones externas, su dominio seguirá creciendo. Pero si los gobiernos, las universidades y las entidades independientes adoptan e invierten en IA descentralizada y de código abierto, el resultado podría ser un ecosistema de IA más resiliente que beneficie a todos los usuarios, incluidas las grandes tecnológicas. 

James Wo, fundador y director ejecutivo de DFG Desde su fundación en 2015, James es un emprendedor experimentado e inversor en el sector de las criptomonedas. Actualmente gestiona una cartera que supera los mil millones de dólares en activos. Con una trayectoria como inversor pionero, ha apoyado a empresas como Ledger, Coinlist, Circle y ChainSafe.